BARCELONA BRUTA


Cuanto mas remuevo la mierda, mas mierda sale.....

jueves, 4 de mayo de 2017

Housing First Fernando Vidal






Por Fernando Vidal (@fervidal31),Presidente de RAIS Fundación y profesor de la Universidad de Comillas.
Foto: MDC.
De media en muchos países Europeos el sinhogarismo ha aumentado un 20%. En cambio, el INE muestra que pese a que ha aumentado el 7,7% el número de centros para personas sin hogar, atienden a un 2,8% menos de personas (datos para 2012-2014 en España). Eso ocurre porque la mayoría de recursos están dirigidos a un modelo asistencialista que falla en su base. Por eso el 59% de las personas sin hogar en España no duerme en centros. A las personas sin hogar se les aplica normalmente el “método de escalera”: si cumplen las exigencias que se les ponen puede ir subiendo muy cuesta arriba peldaño a peldaño a mayores niveles de asistencia hasta poder alcanzar una vivienda normalizada. Para la gran mayoría no funciona. En consecuencia, cada 6 días muere una persona en la calle en España y su esperanza de vida es 20 años menos.
Hace 25 años en Estados Unidos se descubrió un método alternativo que realmente es una solución. Funciona especialmente bien con aquellos que están peor y ahorra muchos costes. Su nombre es HOUSING FIRST, ya se aplica en casi todos los países europeos y RAIS Fundación lo ha aplicado por primera vez en España bajo el nombre de programa HÁBITAT. Se ha impulsado pioneramente gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y en su primer año gracias a la colaboración de ayuntamientos como Barcelona, Madrid o Málaga.
El programa de HOUSING FIRST de RAIS se dirige a las personas sin hogar que están peor: llevan al menos 3 años durmiendo en la calle y tienen problemas de salud mental o adicción a alcohol o drogas -o tienen una discapacidad grave-. No es raro encontrar a quien dice que las personas sin hogar resistentes a ir a albergues quieren en realidad estar en la calle. Sin embargo, en el programa HÁBITAT sí aceptaron acceder a la vivienda y un año después el 100% continúa aún viviendo en esa vivienda. No es que los que están peor no quieran un alojamiento sino uno digno.
RAIS ha evaluado los efectos del modelo junto con el Centro de Estudios Económicos de la Fundación Tomillo -gracias a la colaboración de la Fundación La Caixa-. En sólo seis meses ya se consiguen algunos resultados relevantes: el 15% recupera la relación con su familia y el 25% la hace más frecuente; antes a un 35,7% les insultaban o amenazaban y en 6 meses baja al 7,1%; antes el 17,9% se sentía constantemente discriminado y a los seis meses es el 3,6%; antes un 53,5% dejaban de comer algunos días y en seis meses baja al 14,3%; antes un 25,9% se sentía mucha soledad y desciende al 11,1%. Algunas actitudes y hábitos necesitan más tiempo para mostrar cambios. A largo plazo, los estudios internacionales demuestran que limita la autopercepción de discapacidad, mejora la salud mental, reduce el uso de sustancias tóxicas y aumenta la calidad de vida general.
Y además es más barato que las soluciones asistencialistas convencionales. Una plaza de albergue cuesta de media en España 39,34 euros al día y una vivienda unipersonal de Hábitat –con todo su equipamiento incluido- cuesta 34,01 euros por día. Incluso se ahorra aún más porque se reduce sustancialmente el uso de emergencias sanitarias, instituciones penitenciarias y Administración de Justicia, visitas a médicos, número de hospitalizaciones, uso de ambulancias, intervenciones policiales, servicios de limpieza, servicios de emergencias, etc.
El modelo HOUSING FIRST parte del Derecho a la Vivienda como principio metodológico: se les ofrece un apartamento unipersonal -sin poner condiciones distintas a las que un casero pide a cualquier otro vecino-. Aceptan una visita semanal de intenso acompañamiento social y contribuyen a sostener su vivienda con el 30% de los ingresos que tenga. No es simplemente “dar pisos” sino que se aplica una metodología compleja pero a la vez de sentido común. Básicamente, la seguridad vital que supone la vivienda y la confianza que la persona siente que se deposita en él -junto con un entorno vecinal integrador-, hace que la persona genere procesos que antes eran impensables en las condiciones que sufría. Por ejemplo, sólo un 12,8% de personas sin hogar percibe una Renta Mínima en España (no se solicita, se pierden papeles, se demora…) y en el programa HÁBITAT la gestionan todos los que la necesitan. Desde ese hogar las personas se encuentran en una nueva situación que les lleva a acceder a los servicios sanitarios, atención psicológica, programas de desintoxicación, solicitar prestaciones de discapacidad o vejez, etc. Y la integración en el vecindario es plena, normal y satisfactoria.
Uno de los participantes del programa Hábitat decía “Yo nunca he vivido con esperanzas de nada” y otro, “olvidé que se puede vivir”. A los pocos meses de estar en el programa, ya escuchamos frases como “una casa te da otra forma de mirar”, “me ha ayudado a ver un futuro”, “estoy más libre”. “Tener una casa es el primer paso y luego va un segundo y un tercero…”, resume otro participante.
No nos resignemos a que haya personas viviendo en la calle. Es posible superar incluso el sinhogarismo más duro. Participa en esta revolución. La vivienda, primero. HOUSING FIRST.
[RAIS Fundación aplica por primera vez en España el modelo HOUSING FIRST y es una revolución que logra que superen el sinhogarismo las personas sin hogar que están peor. No sólo tiene resultados excelentes en permanencia en la vivienda y calidad de vida sino que es más barato que los modelos asistenciales. Y es que, aunque intuitivamente parezca lo contrario, el asistencialismo siempre es lo más caro.Más información sobre HÁBITAT en https://www.raisfundacion.org/.]

miércoles, 3 de mayo de 2017

Dolors Bassa i Coll







https://ca.wikipedia.org/wiki/Dolors_Bassa_i_Coll

Ada Colau Ballano, Alcaldesa








Laia Ortiz Teniente de Alcalde, Drets Socials






https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Laia_Ortiz_2015b_(cropped).jpg

Sindic de Greugues de Cataluña







http://www.sindic.cat/es/page.asp?id=1

Sindica de Greuges




SINDICA DE GREUGES DE BARCELONA.

DEFENSORA DEL PUEBLO.

MARIA ASUMPCIÓN VILA I PLANA.

RONDA SANT PAU, 43-45.

METRO PARALEL (3) Y MERCAT SANT ANTONI (2).

93 413 29 00

DE 9.30 A LAS 13.30 Y DE 16.00 18.00.

http://www.sindicadegreugesbcn.cat/es/index.php

lunes, 1 de mayo de 2017

Pura Ilogica.......precariedad vista por una de las personas que lo permite en su institución....yo lo llamo hipocrecia.......



http://ctxt.es/es/20170419/Firmas/12258/brubuja-alquileres-infravivienda-barcelona-precariedad-albert-sales-laura-guijarro.htm


Atrapados en Barcelona. La burbuja de los alquileres y las personas ‘sin techo’


¿A quién se le ocurriría relacionar la subida de los precios de los alquileres con la presencia de personas sin techo en las calles? Todo el mundo sabe que nadie se queda en la calle porque le suban el alquiler. De hecho es así: un lanzamiento por impago del alquiler no suele llevar a nadie a dormir en un cajero o en el banco de un parque. De ser así, en Barcelona no habría 900 personas durmiendo en la calle sino muchísimas más.
Sin embargo, no podemos obviar que el contínuo incremento de los precios de los alquileres incide de manera directa e indirecta en la extensión y persistencia del sinhogarismo en todas sus formas. Numerosos estudios realizados durante las dos últimas décadas evidencian que las dificultades para acceder a una vivienda estable aumentan el riesgo de pobreza y de exclusión social. Los precios desorbitados de los alquileres generan una importante extensión de la vulnerabilidad social y más allá del déficit estructural de vivienda asequible, la nueva burbuja inmobiliaria está condenando a las personas más golpeadas por la pobreza a una situación de exclusión residencial crónica.
LA NUEVA BURBUJA INMOBILIARIA ESTÁ CONDENANDO A LAS PERSONAS MÁS GOLPEADAS POR LA POBREZA A UNA SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN RESIDENCIAL CRÓNICA
Ricardo, de unos 50 años de edad, pasó un año y medio durmiendo en la calle. Salió cuando un equipo de educadores sociales le convenció para acceder a un albergue municipal. Después de ocho meses entró en un centro residencial en el que recibió apoyo durante un año y medio para buscar empleo y rehacer su vida. Encontró trabajo de vigilante nocturno y empezó a cobrar un salario de 450 euros mensuales. Tras reunir unos ahorros empezó a buscar un alojamiento que pudiera considerar un hogar. Han pasado siete meses y sigue buscando. Ricardo es una de las muchas personas atendidas en centros para personas sin hogar cuyo empleo no le permite alcanzar una vida autónoma y tomar distancia del apoyo que le prestan los servicios sociales y las entidades no lucrativas.
Tras dos años sin ingresos, María, de 47 años, se quedó en la calle. Dos semanas después dejó su municipio para “buscarse la vida” en Barcelona. Relata que el anonimato de la gran ciudad le hacía menos amargo el trago de tener que acudir a servicios sociales, ONG o parroquias en busca de ayuda. Entró en un albergue en el que le ayudaron a tramitar una renta mínima de inserción (algo menos de 500 euros mensuales). No ha conseguido encontrar otra fuente de ingresos pero su estancia en el centro no puede prolongarse por más tiempo. Con lo que ha conseguido ahorrar está intentando encontrar un alojamiento estable. Mientras tanto vive en un “youth hostel” pagando 15 euros la noche. Afirma que es la cama más barata que ha encontrado en la ciudad. Sigue acudiendo a comedores sociales a diario para “llegar a final de mes”.

Espacio realizado con la colaboración del
Observatorio Social de “la Caixa”.
¿A quién se le ocurriría relacionar la subida de los precios de los alquileres con la presencia de personas sin techo en las calles? Todo el mundo sabe que nadie se queda en la calle porque le suban el alquiler. De hecho es así: un lanzamiento por impago del alquiler no suele llevar a nadie a dormir en un cajero o en el banco de un parque. De ser así, en Barcelona no habría 900 personas durmiendo en la calle sino muchísimas más.
Sin embargo, no podemos obviar que el contínuo incremento de los precios de los alquileres incide de manera directa e indirecta en la extensión y persistencia del sinhogarismo en todas sus formas. Numerosos estudios realizados durante las dos últimas décadas evidencian que las dificultades para acceder a una vivienda estable aumentan el riesgo de pobreza y de exclusión social. Los precios desorbitados de los alquileres generan una importante extensión de la vulnerabilidad social y más allá del déficit estructural de vivienda asequible, la nueva burbuja inmobiliaria está condenando a las personas más golpeadas por la pobreza a una situación de exclusión residencial crónica.
LA NUEVA BURBUJA INMOBILIARIA ESTÁ CONDENANDO A LAS PERSONAS MÁS GOLPEADAS POR LA POBREZA A UNA SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN RESIDENCIAL CRÓNICA
Ricardo, de unos 50 años de edad, pasó un año y medio durmiendo en la calle. Salió cuando un equipo de educadores sociales le convenció para acceder a un albergue municipal. Después de ocho meses entró en un centro residencial en el que recibió apoyo durante un año y medio para buscar empleo y rehacer su vida. Encontró trabajo de vigilante nocturno y empezó a cobrar un salario de 450 euros mensuales. Tras reunir unos ahorros empezó a buscar un alojamiento que pudiera considerar un hogar. Han pasado siete meses y sigue buscando. Ricardo es una de las muchas personas atendidas en centros para personas sin hogar cuyo empleo no le permite alcanzar una vida autónoma y tomar distancia del apoyo que le prestan los servicios sociales y las entidades no lucrativas.
Tras dos años sin ingresos, María, de 47 años, se quedó en la calle. Dos semanas después dejó su municipio para “buscarse la vida” en Barcelona. Relata que el anonimato de la gran ciudad le hacía menos amargo el trago de tener que acudir a servicios sociales, ONG o parroquias en busca de ayuda. Entró en un albergue en el que le ayudaron a tramitar una renta mínima de inserción (algo menos de 500 euros mensuales). No ha conseguido encontrar otra fuente de ingresos pero su estancia en el centro no puede prolongarse por más tiempo. Con lo que ha conseguido ahorrar está intentando encontrar un alojamiento estable. Mientras tanto vive en un “youth hostel” pagando 15 euros la noche. Afirma que es la cama más barata que ha encontrado en la ciudad. Sigue acudiendo a comedores sociales a diario para “llegar a final de mes”.
A sus 64 años, Francisco cuenta los días para empezar a cobrar una pensión no contributiva. No ha llegado a dormir en la calle. Cuando perdió su vivienda, los servicios sociales le encontraron una plaza en un centro para personas sin hogar. Su salida depende de llegar a la jubilación y cobrar una pensión de 480 euros mensuales. Antes de empezar a buscar habitación era consciente de que la cuantía no le permitiría ningún lujo, pero su desánimo ha ido en aumento desde que ha tomado conciencia de los precios desorbitados que ofrecen los portales especializados de internet. Si quiere seguir en la ciudad sabe que todos sus ingresos se destinarán a no dormir en la calle.
Alcanzar la autonomía personal es uno de los objetivos del trabajo social. Estas tres personas son perfectamente capaces de gestionar su vida cotidiana sin necesidad de apoyo profesional. Gozan de buena salud, han reconstruido una red de relaciones sociales y han logrado cierta estabilidad emocional. Pero aunque su fuente de ingresos es estable, resulta absolutamente insuficiente para sobrevivir en Barcelona, donde una vivienda digna tiene un precio mínimo de 800 euros mensuales, una habitación se paga a 350 euros, y una litera en un albergue para turistas cuesta 15 euros al día.
La inexistencia de viviendas y alojamientos asequibles condenan a Ricardo, María y Francisco a seguir dependiendo de los servicios sociales. Para comer cada día deben ir a un comedor social, para completar sus ingresos deben seguir vinculados a servicios y entidades solicitando pequeñas ayudas económicas y servicios a los que no pueden acceder en el mercado: peluquería, odontología, cambiar las gafas, transporte, ocio…
ES HABITUAL QUE LOS CENTROS DISEÑADOS PARA UNA ESTANCIA TEMPORAL ACABEN CONVIRTIÉNDOSE EN CENTROS DE LARGA ESTANCIA, ALBERGANDO A RESIDENTES POR PERÍODOS SUPERIORES A UN AÑO Y MEDIO
En estas circunstancias y frente a la inestabilidad de sus situaciones residenciales, lo más apropiado parecería prolongar su estancia en centros residenciales o proveer una vivienda definitiva para evitar posibles recaídas. Pero los recursos son limitados y el constante goteo de personas a situaciones de exclusión residencial severa colapsa unos servicios pensados para dar apoyo temporal y proporcionar a las personas atendidas cierta estabilidad para recuperar la autonomía. Es habitual que los centros diseñados para una estancia temporal acaben convirtiéndose en centros de larga estancia, albergando a residentes por períodos superiores a un año y medio. La vulnerabilidad social de algunas personas atendidas y la imposibilidad de acceder a la vivienda hacen que los albergues destinados a personas sin hogar se vean obligados a prolongar la estancia de sus residentes, impidiendo de esta manera la entrada de nuevas personas.
Podría parecer que la racionalidad económica debería llevar a estas personas a huir de Barcelona. Pero abandonar la ciudad supone rupturas que muchas personas no pueden permitirse. Rupturas tan duras como quedarse sin vivienda. Alejarse de la gran ciudad puede facilitar el acceso a viviendas más baratas, pero el diferencial de precios no tiene por qué compensar los gastos añadidos que puede suponer residir lejos de las oportunidades de subempleo que proporciona el sector servicios y la hostelería de Barcelona a las personas con baja formación. ¿Cuánto gastaría en transporte Francisco para acudir a su puesto de trabajo como vigilante nocturno si se desplazara a un municipio con precios más asequibles? ¿A qué distancia de su centro de trabajo debe empezar a buscar para encontrar una vivienda que pueda pagar con su salario de 450 euros al mes?
Para las personas que viven de pensiones no contributivas o de rentas mínimas, mantenerse en la ciudad permite beneficiarse de los servicios que se ofrecen allí exclusivamente. Comedores sociales, centros de día, bibliotecas y centros cívicos… y unos servicios sociales que pueden frenar una posible recaída provocada por problemas sobrevenidos. María ya sabe lo que es dirigirse a los servicios sociales de su pueblo y recibir como respuesta a sus problemas que el municipio no tiene recursos para ella y que lo mejor es buscar apoyo en los servicios sociales barceloneses o en una de las muchas entidades y ONG que trabajan en la capital.
LA INFRAVIVIENDA SE CONVIERTE EN LA VIDA EN LA CALLE, LA ENTRADA EN EL CIRCUITO DE ATENCIÓN A LAS PERSONAS SIN HOGAR Y EL TRÁNSITO DE ALBERGUE EN ALBERGUE SIN PERSPECTIVAS DE ACCESO A UN HOGAR
Atendiendo únicamente a la racionalidad económica y al equilibrio entre ingresos y precio de la vivienda no está tan claro como pudiera parecer que huir de Barcelona pueda ser viable para las personas más empobrecidas de la ciudad. Pero además, hay poderosas razones que escapan al cálculo monetario que vinculan a las personas a su ciudad y a su barrio. Las situaciones de sinhogarismo extremo se caracterizan por la soledad. Si la frágil red de apoyo de que disponen las personas sin hogar se localiza en las calles de una ciudad, las personas que están rehaciendo sus vidas y reconstruyendo sus relaciones sociales difícilmente estarán dispuestas a abandonar su entorno hacia uno nuevo y desconocido.
Las subidas de precios de los alquileres facilitadas por una legislación que desprotege absolutamente al inquilino generan varios tipos de expulsiones. Una parte cada vez más amplia de la población se ve obligada a dejar su ciudad acelerando procesos de gentrificación y de sustitución de población. Pero hay personas con empleos muy precarios vinculados a los servicios y al turismo que no pueden permitirse una vivienda digna pero tampoco instalarse fuera de la ciudad por el propio coste, en tiempo y dinero, del trayecto diario a su puesto de trabajo. Este segundo grupo engrosa las cifras de población en situaciones de infravivienda. En sus versiones más extremas, la infravivienda se convierte en la vida en la calle, la entrada en el circuito de atención a las personas sin hogar y el tránsito de albergue en albergue sin perspectivas de acceso a un hogar. Una parte de nuestros vecinos y vecinas, con problemáticas derivadas de una larga trayectoria en situaciones de exclusión social, se encuentra en el limbo generado por el efecto atracción de las migajas del dinamismo económico de Barcelona y el efecto expulsión de su mercado de la vivienda.
Según los datos de la Red de Atención a las Personas Sin Hogar de Barcelona y del Ayuntamiento, se estima que cada noche duermen en las calles de la ciudad más de 900 personas, en los alojamientos y viviendas de la administración municipal y de las organizaciones sociales de la red unas 2.000, y en asentamientos instalados en solares y naves industriales abandonadas alrededor de 400. Aunque resulte extremadamente complicado de cuantificar, a través de diferentes fuentes municipales se estima que unas 12.000 personas viven en condiciones de mal alojamiento o infravivienda en pisos sobreocupados, insalubres o sin suministros, bajo la amenaza inminente de desahucio o lanzamiento, ocupando ilegalmente.
Sin vivienda asequible, sin hacer efectivo el derecho a una vivienda digna, el sistema de atención a las personas sin hogar se convierte en un callejón sin salida y la gente atendida no deja de crecer transitando entre la calle y los albergues sin poder alcanzar una vida digna y autónoma. 
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Albert Sales es sociólogo y politólogo. Activista e investigador en el ámbito de la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Asesor del Ayuntamiento de Barcelona y profesor de la Universidad Pompeu Fabra. @albertsc79
Laura Guijarro es antropóloga. Secretaria técnica de San Juan de Dios Servicios Sociales en Barcelona. Miembro del Grupo de Investigación en Exclusión y Control Social (GRECS). @lauraguijarroed
Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”

Cooperativa Chatarreros ALENCOP



http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/cooperativa-chatarreros-del-poblenou-cumple-ano-5254979

PRIMER ANIVERSARIO DE ALENCOP

Bendita chatarra

La cooperativa que emplea a 30 de los 300 subsaharianos desalojados de Poblenou ha reportado papeles para 20 en un año

Los socios tienen trabajo, techo y manutención, pero la iniciativa está lejos de llegar a la mayoría del colectivo afectado


Las de Marieme Diama Mariam Drammeh son las primeras caras que uno encuentra al llegar a Alencop, en una escondida nave industrial en la calle de Santander, en el barrio del Besòs. Se encargan de la atención al público desde el pasado mes de mayo. Sus caras son, además, las de uno de los pequeños éxitos -la incorporación de mujeres al proyecto- de la cooperativa de chatarra que levantó la persiana el verano pasado tras un larguísima gestación. Marieme, senegalesa, y Mariam, gambiana, son dos de las 15 nuevas personas que se han sumado a la iniciativa, en la que ya trabajan 30 personas, nacida para buscar una salida a los subsaharianos desalojados de la nave de Puigcerdà, en Poblenou, en el 2013.
Alencop es la materialización de lo que durante años fue una entelequia: una cooperativa para que los cientos de subsaharianos que recogían chatarra en las calles de la ciudad lo hicieran de forma legal, organizada y digna. La búsqueda de una solución "desde un punto de vista social para un problema social", algo tan en boga en el discurso oficial estos días, en pleno debate estival sobre el 'top manta'. Un año después de su apertura, Guillermo Rojo y Jesús García, coordinadores de la iniciativa por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, hacen balance. Es obvio que la cooperativa no ha sido una solución ni mágica ni universal para los subsaharianos de los asentamientos - ha servido para 30 de los 300 desalojados-, pero "está sirviendo de laboratorio para explorar nuevas vías de inserción huyendo del asistencialismo", apuntan los coordinadores. "Es la primera vez que se está intentando. Que es una realidad. Nos invitan a congresos internacionales para explicarlo", destaca García. Es una experiencia pionera, y funcionan por el sistema de ensayo-error.

LA VICTORIA DE LOS PAPELES

"Solo por el hecho de haber permitido que 20 personas hayan regularizado su situación ya podríamos decir que el proyecto ha sido un éxito", señala Rojo. Muchos de ellos han podido volver a su país a visitar a sus familiares por primera vez desde que llegaron a Barcelona, la mayoría hace años. Menos los tres fundadores de la cooperativa, que tenían que tener los papeles en orden por una cuestión administrativa para poder registrarla, el resto los han podido lograr gracias a formar parte de ella.
Empezaron 15. Ahora han entrado 15 más. No porque les desborde la demanda, sino porque ya estaba convenido así con el ayuntamiento. "No se trata solo de autoocupación. También engloba la vivienda y la manutención", expone García. Rojo destaca la importancia de la implantación en el territorio. "El ayuntamiento impulsó la cooperativa por la presión que ejercieron la asamblea solidaria con los asentamientos y la asociación de vecinos del Poblenou", recuerda.

PROYECTOS DE FUTURO

Calculan que para que la iniciativa sea viable económicamente necesitan un recorrido de cuatro años y confían en que el gobierno municipal de Ada Colau (el proyecto nació con el de Xavier Trias) haga suya la idea y apueste por ella hasta lograrlo. Propuestas no les faltan para ampliar líneas de negocio: ampliar los puntos de recogida -ahora trabajan solo en el distrito de Sant Martí (van en bici)- e ir hacia la gestión de residuos -ahora solo los recogen en las viviendas y los llevan hasta un punto verde. "Queremos ir también hacia la reparación y la venda de segunda mano, ya que mucha gente nos llama para que recojamos electrodomésticos que ya no quieren pero que o aún funcionan o con una pequeña reparación lo harían", señala Rojo.
La concejala de asuntos sociales, Laia Ortiz, destaca que la cooperativa fue "una salida colectiva a un problema colectivo". "Nos gusta la apuesta por una economía social y cooperativa. Alencop es un referente en innovación social", subraya la edila, antes de añadir que ahora el camino es "buscar un horizonte de sostenibilidad económica".
Sobre esa "sostenibilidad", los coordinadores del proyecto señalan los beneficios no tan tangibles del mismo: las 30 personas que trabajan en la cooperativa ya no recogen chatarra de forma ilegal y además cotizan a la seguridad social. El principal servicio actual de Alencop es la recogida a domicilio de electrodomésticos estropeados o en desuso, lo que evita, además, que se estos se tiren de forma inapropiada a la basura o se dejen tirados en la acera de cualquier manera.
Como trabajan a demanda, además, es vital para ellos que se les conozca. Que les llamen. Por ello intentan participar en las iniciativas populares del barrio. Están en la mesa del Eje Pere IV -uno de los principales retos de la zona- y participaron en la fiesta mayor.

Balance del plan de asentamientos

El plan de asentamientos irregulares de Barcelona se definió en octubre del 2012, momento en el que, según fuentes municipales, en la ciudad había 735 personas viviendo en naves ocupadas en Sant Martí, en 62 asentamientos. El número de asentamientos y la dimensión de los mismos ha variado en estos años. Según las últimas cifras, en el 2015 había 412 personas en 50 asentamientos. 
Durante el 2015, la Oficina del Plan de Asentamientos Irregulares (OPAI) atendió a 196 personas, 46 de las cuales eran nuevas incorporaciones y 150 ya fueron atendidas en el 2014. La OPAI se plantea como nuevo reto el flujo creciente de personas del Este, principalmente rumanas, con características comunes de indocumentación, grandes tasas de analfabetismo, desconocimiento de la lengua o encontrarse en un vacío legal, ya que ni son inmigrantes extracomunitarios ni cumplen las condiciones para obtener un permiso de trabajo.

Cooperativa de Manteros


http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/cooperativa-manteros-empieza-andar-5920353


La cooperativa de manteros empieza a andar

15 personas procedentes del 'top manta' comenzarán este verano a vender artesanía y productos de comercio justo de forma legal en mercadillos y ferias de la ciudad

El proyecto permitirá regularizar la situación administrativa de los socios de la cooperativa


Una mujer, negra y migrante, vendedora ambulante, detrás de un micrófono con el logo del Ayuntamiento de Barcelona y ante la prensa, sentada a la derecha del primer teniente de alcalde de la ciudad. Objetivo cambiar la mirada sobre el colectivo en marcha. Esa mujer es Ndaye Fatou, una de los 15 socios de la cooperativa DiomCoop -todos ellos senegaleses y procedentes de la calle-, presentada este jueves en un emotivo y muy concurrido acto en el Pati Llimona. "Queremos mostrar que detrás de la manta hay mucha dignidad", ha explicado la portavoz de la nueva cooperativa, que ya ha llegado a acuerdos con 240 puntos de venta -sobra decir que legal- en mercados y ferias por toda la ciudad y que prevé empezar a vender -productos de comercio justo y artesanía- este verano.
Tres de los socios fundadores ya tienen los permisos de residencia y trabajo en regla, algo imprescindible para poder formalizar la cooperativa, y para los otros 12 la cooperativa es una puerta a la regularización de su situación administrativa. Su actividad económica, vinculada a planes de ocupación, permitirá demostrar el arraigo de los socios, lo que les facilitará acceder a un permiso de residencia. Una de las grandes trabas –como pasó en su día con la cooperativa de la chatarra- es la dureza de la ley de extranjería.
15 puestos de trabajo para un colectivo que el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello cifra en 200 personas, puede antojarse poco, pero Albert Alberich, director general de la Fundació Formació i Treball asegura que empiezan con pocos, pero que la iniciativa tiene una gran capacidad de réplica. "Este modelo puede ser ejemplar", apunta Alberich.

MÁS ALLÁ DE LA GESTIÓN POLICIAL

“Esta cooperativa forma parte de las políticas de ocupación iniciadas por el ayuntamiento para abordar el fenómeno de la venta ambulante con propuestas imaginativas de inserción social y laboral, conscientes de que detrás de cada manta hay personas con ganas de ganarse la vida dignamente; había que ir más allá de la gestión policial”, ha señalado Pisarello. Una gestión policial que ha sido duramente criticada tanto por los propios vendedores como por entidades como SOS Racisme.
DiomCoop es una oportunidad de dejar de ser los perseguidos y pasar a ser ciudadanos de pleno derecho. Le hemos puesto Diom porque en wolof, nuestro idioma, diom significa dignidad, orgullo, la fuerza interior y la determinación para elegir, siempre y en cualquier circunstancia, el camino del bien”, ha destacado Fatou, una de las tres mujeres de una cooperativa que tiene mucho de liderazgo femenino.
Durante todo el proceso, los participantes han establecido contacto con más de 100 entidades de la ciudad para explicarles el proyecto, en el que llevan trabajando desde septiembre a través el comisionado de Economía Social y Solidaria. Entidades que van de Ibn Battuta al Col·lectiu Ronda.

Productos y servicios

Los productos que se pondrán a la venta priorizarán la economía social y solidaria, el comercio justo, la artesanía, la producción de proximidad y la reutilización (piezas de ropa, complementos de vestir, bisutería, zapatería, arte decorativo, muebles...). Los mercados y ferias donde se podrán encontrar puestos de la cooperativa son, por el momento, las ferias de comercio justo de los distintos distritos de la ciudad, el mercado de Fleedonia, Flea Market, el Rastro de la Virgen, el Mercat de Segona Mà de Sants, el Traster de Can Ricart.
Además de la venta ambulante, la cooperativa ofrecerá servicios logísticos de apoyo a la venta ambulante autorizada a personas en situación precaria. Se orientará, se formará y se asesorará en la gestión de licencias y seguros. Ofrecerán también un servicio de acogida y orientación a personas vulnerables, programará actividades que difunden la cultura y los valores de la economía social y se promoverán iniciativas comerciales nuevas en el marco de la cooperativa, de gastronomía a la promoción artística y musical.

El futuro de la humanidad, ponle freno....



https://www.facebook.com/233917680403091/videos/vb.233917680403091/237446273383565/?type=2&theater











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domingo, 30 de abril de 2017

Por que tercer sector?

El Sector Público y el Sector Privado


El tercer sector de Acción Social está integrado por aquellas organizaciones sin ánimo de lucro que, sin perder su función de denuncia, reivindicación y sensibilización, son prestadoras de servicios sociales, educativos, de vivienda, de salud, etc, en colaboración con la Administración pública, pero sin que ésta pierda, ni delegue, en ningún momento, su responsabilidad sobre la provisión, al conjunto de la ciudadanía, de estos servicios. Hablamos de entidades como Proyecto Hombre, Cáritas Diocesana, Fundación Cepaim, Colectivo Paréntesis, Cruz Roja, Fundación Sierra Minera, Hermanas Oblatas del SMº Redentor, Fundación Secretariado Gitano… y muchas, muchas, más.
Si la solidaridad, como bien decía un amigo mío, consiste en no dejar solos a los demás con sus problemas, estamos hablando de un conjunto de asociaciones, fundaciones y cooperativas sociales, representativas de la sociedad civil en nuestra Región, que practican la solidaridad con los sectores más vulnerables de la población murciana. Son organizaciones no lucrativas que desarrollan acciones y servicios de interés general, que fabrican ciudadanía, que construyen cohesión e inclusión social, que luchan contra la pobreza y la discriminación, evitando que los colectivos más sensibles de nuestra sociedad queden al margen de unos niveles mínimos de bienestar social, llegando donde la Administración Pública, ni el mercado pueden hacerlo.

Tercer Sector?

¿Qué es y quiénes forman el Tercer Sector? Definición, características y retos by elisaltarina
agosto 15, 2010, 12:17 pm
Filed under: conceptos | Etiquetas: , ,
La economía ha estado secuestrada en los últimos 150 años por dos posiciones encontradas y complementaris de gestión económica y organización administrativas. El Sector Público y el Sector Privado. Estas dos apuestas han generado teorías económicas y políticas dispares, así como encendidos debates en relación a la forma óptima, justa y eficiente de organización  que debe adoptar una sociedad.
Pero en las últimas dos décadas ha habido una lenta revolución de otro tipo de organizaciónes, entidades que sin ser públicas y sin perseguir el beneficio que caracteriza al libre mercado están conformando lo que se denomina el Tercer Sector.
Pero, ¿qué demonios es el tercer sector?.
Aunque no existe una definición exacta de este concepto, ya que está en plena ebullición, se puede dar la siguiente aproximación al mismo:

El Tercer Sector es aquel sector de la economía compuesto fundamentalmente por Entidades Sin Animo de Lucro

Lo que nos lleva a la siguiente definición:

Una entidad sin ánimo de lucro es una organización que no redistribuye sus beneficios a sus propietarios y accionistas, sino que los reinvierte en la entidad para seguir cumpliendo sus objetivos fundacionales.

The Nonprofit Handbook: Everything You Need to Know to Start and Run Your Nonprofit Organization (Paperback), Gary M. Grobman, White Hat Communications, 2008
Las ESAL suelen recibir múltipes acepciones como:
  • Sin ánimo de lucro (“non profit”)
  • No Gubernamentales (“non-governmental”)
  • De Sociedad Civil (“civil society”)
  • De Economía Social (“social economy”)
  • Tercer Sector (“third sector”)
Asimismo, y de cara a complementar y completar la aproximación teórica a las ESAL, la Universidad Johns Hopkins de Baltimore propusó en un estudio comparativo internacional cinco criterios clave que determinan los rasgos básicos que debe poseer una institución u organización para convertirse en una ESAL.
Estos cinco criterios fueron posteriormente asumidos por la ONU en la publicación The Handbook on Non-Profit Institutions in the System of National Accounts, y son los siguientes:
  1. Estar organizada formalmente, lo que incluye una realidad institucionalizada, con estructuración interna, estabilidad relativa de objetivos formales y distinción neta entre socios y no socios. Se excluyen las manifestaciones informales de solidaridad, colaboración y ayuda mutua.
  2. Ser privada, lo que conlleva estar separada institucionalmente del cualquier nivel gubernamental. Este criterio implica que la organización no ha de formar parte del sector público (estatal, autonómico y local), ni ha de estar controlada por éste. No significa, sin embargo, que la organización no pueda recibir apoyo público, ni excluye que pueda haber funcionarios públicos en sus órganos de gobierno.
  3. Ausencia de ánimo de lucro. Las organizaciones del Sector No Lucrativo no deben, por tanto, repartir beneficios entre los propietarios, accionistas, administradores o directivos. Ello implica que su fin principal no es generar beneficios, ni están guiadas primariamente por criterios comerciales. Las organizaciones del Sector No Lucrativo pueden obtener beneficios, pero éstos deben ser reinvertidos en función de la misión corporativa  de la organización. Asimismo, cabe destacar que la obligación de no distribuir beneficios no impide que una ESAL pueda pagar sueldos y salarios competitivos a sus trabjadores y trabjadoras,
  4. Disfrutar de la capacidad de autocontrol institucional de sus propias actividades. Este criterio implica que las organizaciones han de tener sus propios mecanismos de autogobierno y han de gozar de un grado significativo de autonomía.
  5. Con un marcado grado de participación voluntaria, lo que quiere decir, por una parte, que la participación o no de sus miembros ha de depender de la libre voluntad de los mismos y no de imposiciones  externas, y, por otra, que hay un grado significativo de participación de voluntarios (esto es, de personas que aportan tiempo no remunerado) en sus actividades.  Adicionalmente, se incluyen en la definición aquellas instituciones sin ánimo de lucro que son el fruto de la decisión voluntaria de adscribir un determinado patrimonio al cumplimiento de fines de interés general.
Una vez que nos hemos aproximado al Tercer Sector y a las carcaterísticas de las organizaciones que lo componen, podemos exponer brevemente qtipología de organizaciones están detrás del amplio concepto de Entidad Sin Animo de Lucro (ESAL):
  • Sociedad Civil (Civil Society): ONG (Organizaciones No Gubernamentales) ONGD (Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo)
  • Economía social (Social Economy): Cooperatives y Mutualidades
  • Asociacionismo Voluntario (Voluntary Associationism):  Fundaciones y Asociaciones
  • Sector no lucrativo (Non Profit Sector): ESAL (Empresas sin ánimo de Lucro),   ENL (Entidades No Lucrativas )
Por último y como cierre de estas reflexiones en torno al Tercer Sector, desde economíaurbana os centramos cuáles son los principales retos y tendencias futuras de las ESAL:
1. Rendición de cuentas y efectividad
De cara a sus grupos de interés y a la sociedad en general, las ESAL deben demostrar que cumplen sus objetivos societarios de forma tanto efectiva como eficiente, persiguiendo en todo momento el interés público. Este reto requiere ir más allá que la pura imitación o importación de técnicas y métodos de gestión del ámbito privado o del sector público. En esta línea, se han realizado grandes avances por parte de las ESAL, pero todavía queda mucho camino por recorrer de cara a la profesionalización de las ESAL.
2.Filantropía expansiva (Expanding philanthropy)
Junto con la necesidad de profesionalización de la gestión, las ESAL se encuentran ante el reto de seguir manteniendo un nivel óptimo de aportaciones económicas privadas que les permitan mantener su independencia frente a gobierno y mercado. De todas formas, este reto requiere un significativo esfuerzo de comunicación a la sociedad, de implicación de la ciudadanía y la adopción de estructura laborales creativas (que combinan trabajo remunerado y no remunerado
3. Integración internacional y globalización
Tanto España como otros países europeos se enfrentan a la necesidad de integrar de forma internacional y armonizar el rol de las ESAL que actúan de forma simultanea en varios países. Esta necesidad viene tanto del rol que juegan las instituciones transnacionales en el sector de las ESAL (ej. UE, ONU, etc) como de la globalización que se ha producido en la economía mundial durante la última década.
Desde economíaurbana os deseamos a todas aquellas personas que operáis en el Tercer Sector y estáis embarcados en una ESAL que disfruteis del viaje, ya que el futuro económico y organizativo de nuestro pequeños planeta azul estará influenciado en el medio plazo por vuestras aportaciones, energías y ganas de cambiar las cosas.